Me
gusta observar, así como ahora lo hago
contigo, saber porque brillan tus ojos o porque agachas la mirada, colarme dentro de tu cabeza como la lluvia
empapa tu piel en una tarde de verano, así sin pedir permiso. Saber que impulso
nervioso activo sin querer, que canica suelto por el laberinto de tu cuerpo que
al llegar a tu mente hace que sonrías fugazmente. Ahí no me valen palabras
vacías que intenten negar la magia. Porque todo está en calma y cuando me cruzo
contigo un aire feroz dentro de mí anuncia el terremoto que está a punto de
ocurrir y me deja perdida en un millón de sensaciones. Porque me canso de
caminar y caminar pero nunca llegar. Sé que
el sol quema pero sigo exponiéndome a
sus cálidas caricias cada mañana. Me gusta escuchar aunque hay palabras que no
deberían oírse ni comprenderse. Por qué dime tu. ¿Porque alguien es capaz de hacer daño a un compañero que lo único que quiere es
agradarte y darte lo mejor de el?
9:58
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